La huella de un vacío está en mi cama,
profunda huella, acaso de oquedades,
que dejan un sabor de soledades,
cuando mi voz marchita, te reclama.
Ausencia y pesadez en el letargo,
la espera se hace siempre interminable,
hiriéndome las carnes con su sable
de sangre y soledad, en trago amargo.
Vacío sin llenar, triste vacío,
que no ha de completar mi vida entera
y pesa sobre mi, la larga espera,
con lágrimas perladas de rocío.
La huella del vacío es dolorosa
y hay que llenar la vida de alegría,
contemplo que ha nacido un nuevo día
y tengo que pensar en otra cosa.
El mundo es ermitaño y vagabundo
y sigue hacia adelante, siempre gira,
lo que ha quedado atrás, nunca lo mira,
todo puede cambiar en un segundo.
Mirando hacia adelante, hay un futuro,
no demos más poder a esa tristeza,
que puede malograr en tu cabeza,
el día más feliz, te lo aseguro.
De nada sirve el llanto y el penar,
si crees que en este mundo es pasajero,
tanto el amor, el tiempo, o el dinero,
se trata de vivir y disfrutar.
Escrito en Mayo 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
Estupendo
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