Tu cuerpo me has negado,
abrazaré tu alma,
muy despacio y con calma,
bajo un cielo estrellado.
Efímero es el gozo
que pulsa mi latido
y ahora sorprendido,
se esconde entre mi embozo.
Mi soledad … vital,
mis lágrimas esferas,
que anegan las quimeras
del más duro cristal.
Tus ojos se cerraron,
y sé que no me vieron,
en mis sueños de amor,
cantaba un ruiseñor,
pero no se cumplieron.
Ya no puedo vivir
soñando en esa espera
no puedo resistir
aunque además lo quiera.
Esperaré a mañana,
pues mi esperanza es vana.
Me dormiré, soñando,
mirando siempre al techo
y me hundiré en mi lecho,
para irme despertando
hacia otra realidad,
que siempre me perdona
y nunca me abandona…
¡Bendita soledad!
Escrito en Mayo 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario