Son lágrimas de consuelo,
dentro de un clamor de vida,
por la nieve derretida
en la dureza del hielo.
Cálidos rayos derriten
un rostro duro y sombrío
en la soledad del frío,
para que en silencio, griten.
Frio e inmovilidad
que, por su renacimiento,
brotan en un nuevo intento,
ecos de fertilidad.
La vida emite con eco,
su voz profunda en el río,
susurrando un canto impío,
que anega un espíritu seco.
La emoción sigue brotando,
ante la vida, y se mueve,
su húmedo beso, si llueve,
parece que está llorando.
Cielo y tierra en conjunción,
para cumplir sus labores,
sus frutos, son los amores
en un mismo corazón.
Vida febril, primavera
que despierta del hechizo,
de la nieve y del granizo,
después de una larga espera.
Escrito en Mayo 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
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