Si algo tiene de malo esto de mi vejez es que cuando más lo necesitaba, cuando la materia que me sostenía empezó a hacer aguas, me quedé solo. Me imagino que en esta situación estarán la mayoría de los pensionistas viudos sin hijos que en el mundo son, que diría un viejo amigo mío, que la vida en esta última etapa de la existencia, es reiteración y monotonía, y una espera asfixiante del deseado estallido final. Murió mi esposa y con ella se fueron todas las ilusiones a la canasta de la ropa sucia, que ya escribí en otra ocasión. Me quedé desnudo del todo ante el frío de su ausencia, varado en la orilla alquitranada que bañaba un mar de silencios y angustias. Me vine aquí, al punto de origen, a Santa de la Sierra, siguiendo la ruta de un pájaro herido, alejándome de los lugares donde nos quisimos, que dice la canción. Huyendo de los escenarios de la felicidad me vine aquí, a dormir en la misma habitación en la que mi madre me trajo al mundo, a vivir esta muerte en vida. En este punto de oscuridad apareció Nela de Santiago, que así le puse de nombre, mi perrita, un podenco español color canela de cinco años de edad y siete kilos de peso con los ojos de un bebé asustado. Nela venía de la perrera municipal. La humana con la que había vivido sus primeros años no podía ya con los días que curvaban su espalda, y tuvo la gentileza de no abandonarla, el amor de dejarla en buenas manos. Nela fue mi tabla de salvación. Cubrir sus necesidades se convirtió en mi objetivo primordial. Recorrimos todas las sendas posibles, ella olisqueando los rastros de las otras vidas que hay en la cunetas de los caminos y viniendo a mi cama a recordarme que ya era hora de levantarse, que el mundo seguía ahí afuera, y que ya habrá tiempo para la eternidad de la muerte. Nela ya no está. Y la casa huele a traición y soledad, como cuando murió mi madre.

La pausa musical.



La pausa en el movimiento,

es  esa tensión latente,

que es demostrable y patente,

al inicio de un momento.


La propuesta dinamiza

la acción que espera cumplir

el ánimo de existir,

porque en ella se eterniza.


La pausa precede al viento,

que girando alrededor,

consigue que el trovador,

se agite en su sentimiento.


La pausa es silencio hermoso,

cadencia que marca un ritmo,

que abraza sobre sí mismo,

ese instante en el reposo.


Creciendo en esa armonía,

que se viste de vestal,

completándose al final 

en su hermosa melodía.


Escrito en Octubre 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

Rimas de Amor Nocturno.


Inerte cae la noche, cual la sombra

de aquello que se teme y no se nombra.

Noche de negro espejo o encerado,

para plasmar un sueño imaginado.


Mágico marco, en el empeño 

de dibujar un rostro en nuestro sueño.

Enamorarse al alba, al despertarse

y sobre el corazón, sobresaltarse.


Entretejer el día, como un broche 

que brillará al ocaso de la noche.

Noche que, entre la seda y terciopelo,

vuelve para brotar en nuestro anhelo.


Noche que va creciendo en los temores,

para guardar la almohada en mis amores.

Nácar de luna llena o mar inmenso,

que vuelve a mi corazón, cuando te pienso.


Ojiva del pensamiento en noche eterna,

que asciende y se desliza por mi pierna.

Te siento cercana y libre sobre el lecho,

cuando el amor sentimos por derecho.


Y vuelves para colmarme, si es preciso,

sobre mi corazón, en un inciso 

que llena mi espacio, simple y llanamente,

porque te siento dentro de mi mente.


Mi corazón, vibrante y extasiado,

en esta noche al fin, se ha enamorado

y siente un nuevo día, al despertar,

como el inicio de un buen caminar.


Amante de la noche, en sueño altivo,

que encuentra en el amor, su fe y motivo.

Noche para saber, que el verbo amar, 

se debe tener en cuenta al conjugar.


Tú me enseñaste a amar, yo soy tu alumno,

poeta entre mis rimas de amor nocturno.


Escrito en Octubre 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

Los sueños rotos.


La lágrima al fin, surca sus mejillas,

con su sensiblera muestra de cariño,

a veces pensamos igual que ese niño,

que juega en la calle, con cosas sencillas.


Vive la emoción, de primera mano,

juega a ser muy grande, y así cuando crezca,

tendrá algo muy bueno, algo que merezca,

mostrar con orgullo, pues no ha sido en vano,

soñar y vivir esa fantasía 

de ser un gran hombre, siempre respetado,

que borra y repasa, con la pleitesía,

carente de dudas en su cometido.


El juega y conoce ese paradigma,

de una vida al uso, una vida digna,

porque en sus mayores, siempre la ha advertido.


El juega, creando desde su inocencia,

un mundo feliz, en este prefacio,

pero el tiempo ahora, camina despacio 

y debe tener tesón y paciencia.


Estos sueños rotos, se recordarán,

cuando llegue el tiempo de la madurez,

que acabe sin duda, con esa niñez,

que algunos adultos, no comprenderán.


Escrito en Octubre 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

Una dulce mentira.

Quiero mentir a la vida, su deseo de morir,

porque yo quiero existir,

para siempre y sin demora.

Un minuto, en una hora 

define una eternidad,

porque no hay mayor verdad,

que el tiempo que se atesora.


Escrito en Octubre 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.