Nos movemos entre los engranajes del deseo,
atrapados entre sus dientes.
Masticamos con ellos las ausencias
y nos enredamos en los filamentos
que tenemos con nuestras insatisfacciones.
Llenamos nuestros vacíos de abrazos mudos,
besos sin sonido aparente y miradas que,
se van diluyendo en los mares del olvido.
Nos movemos en un raquítico espacio que,
apenas tiene cabida en los alveolos pulmonares,
y cada latido finge un repique de campanas,
emulando un triunfo
que nunca llega a la estación,
donde la esperanza es tan sólo,
la figura retórica de un poema sin concluir,
cuya rima se pierde entre sus estrofas.
Escrito en Mayo 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
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