La aceptación de una negación,
no fundamenta una afirmación como tal,
sino una renuncia a la búsqueda de la verdad
y un retorno inherente a la realidad
más primitiva de nuestra existencia.
Escondidos en el subsuelo
de nuestros temores e insatisfacciones,
es imposible alcanzar la luz que se filtra
por las ventanas del ático de nuestros
propios pensamientos.
Ponemos una gran valla o muro a nuestra
capacidad, para no ser descubiertos,
ni criticados, pues no hay mayor humillación,
que no ser reconocido e ignorado.
Tal vez, por ese efecto espejo, de vernos
reflejados en los demás, hemos creado
la mentira, intentando camuflar
nuestra autenticidad, para ser uno más
entre la masa deforme de las gentes,
sin sentido crítico de la honestidad.
Escrito en Noviembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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