Romperé los eslabones. Por Antonio Portillo Casado.

Imagen de la Red


ROMPERÉ LOS ESLABONES


En estos días de estado de “al arma” he encontrado cosas en el baúl secreto, entre ellas, una cadena de juguete dorada con muchos camafeos que penden. Con la ayuda de la lupa puedo ver de cerca los detalles. En cada relieve aparecen figuras aprisionadas de personas conocidas y otras que no los son, pero también emergen mis amigos y vecinos, mis familiares y la angelical carita del nieto que me mira como un gorrioncillo y sonríe. Aún no lo conozco, este virus fortuito o insertado nos impide el cariño y la libertad. Con paciencia acaricio su imagen, escucha mis palabras y siente mi calor. Si esto se prolonga romperé los eslabones de esta cadena maldita para darle el beso más puro y limpio del mundo.