Los sueños rotos.


La lágrima al fin, surca sus mejillas,

con su sensiblera muestra de cariño,

a veces pensamos igual que ese niño,

que juega en la calle, con cosas sencillas.


Vive la emoción, de primera mano,

juega a ser muy grande, y así cuando crezca,

tendrá algo muy bueno, algo que merezca,

mostrar con orgullo, pues no ha sido en vano,

soñar y vivir esa fantasía 

de ser un gran hombre, siempre respetado,

que borra y repasa, con la pleitesía,

carente de dudas en su cometido.


El juega y conoce ese paradigma,

de una vida al uso, una vida digna,

porque en sus mayores, siempre la ha advertido.


El juega, creando desde su inocencia,

un mundo feliz, en este prefacio,

pero el tiempo ahora, camina despacio 

y debe tener tesón y paciencia.


Estos sueños rotos, se recordarán,

cuando llegue el tiempo de la madurez,

que acabe sin duda, con esa niñez,

que algunos adultos, no comprenderán.


Escrito en Octubre 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

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