Una hogaza de buen pan de vida.

Como el pan de blanca harina,

que crece en la levadura,

en nuestra breve andadura,

todo lo que nos fascina 

en el crecimiento humano,

lo tenemos tan a mano,

que nunca lo percibimos 

y muy poco conseguimos,

si falta la voluntad 

de poner en la intención,

todo nuestro corazón.


Pan somos y moldeamos 

la vida que nos han dado,

abre la llave el candado 

de todas las experiencias 

y así tomamos conciencia

de que nuestro crecimiento,

no se debe a ese momento 

único de inspiración,

sino a la consecución 

de nuestra obra en la vida.


En esa justa medida,

la harina de la tahona,

convierte a toda persona 

en el pan, cuyo alimento 

es del alma su sustento 

y el carácter que se amasa

en el amor y el respeto,

deja al espíritu inquieto

una emoción que rebasa 

toda nuestra comprensión,

porque este pan, en cuestión,

es rico y de buena masa.


Escrito en Septiembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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