En la profunda oscuridad.

Observo su pupila en el vacío,

bajo un lecho de sombras, que se extienden,
a nadie he de pedir, que si lo entienden,
resuelvan de mi mente el desvarío.


Los pensamientos fluyen, como ríos,
abriendo por su cauce la razón,
no basta ya, tan sólo un corazón,
el juego terminó, no somos  críos.


Es negra su pupila, y el espacio,
reduce ante mi, sus dimensiones,
ignoro su carisma e intenciones 
y siento que me absorbe muy despacio.


Cautivo en el temor, por su negrura,
produce en mi sentido un sobresalto,
no puedo precisar cómo es de alto,
ni puedo adivinar su arquitectura.


Es negra su pupila y se me acerca 
creciendo mis temores y mis dudas,
me siento traicionado por un Judas,
maldigo esta obsesión, dañina y terca.


En el vacío siento su pupila,
que merma ante mis ojos, si se aleja,
por fin desaparece toda queja,
naciendo de una estrella que titila.


Escrito en Junio 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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