Desde el alma, gota a gota,
se van hilando las notas
en una alegre canción.
Salta desde el corazón
la cadencia y melodía
y se siente la alegría
de una gran composición.
El jazz es tristeza gris
o bermellón, que jocoso,
va quedándose en un poso,
sobre tu blanco tapiz,
surgiendo la creación
que baila brillando luego,
en un incesante juego,
convertido en emoción.
Su suerte es hermosa y mucha,
no sólo en la nota audible,
pues en el jazz, es posible
la nota que no se escucha
y desde un silencio grave,
descienden notas y arpegios,
completando el sortilegio
de quien músico se sabe.
Escrito en Junio 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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