Un vano intento amoroso.


Eres una frase que no acierto a continuar,


un verbo que no sé conjugar, un tiempo 


que me desgasta en la espera.




Limando las aristas de las palabras,


apenas balbuceo un:  Te amo.


Y la risa es en tu boca, ese pájaro cruel


que abandona el nido y se convierte en nieve


ante mis ojos.




He sentido un rayo de luz, que ante 


la blancura inexpresiva en la emoción,


hiere mis ojos sorprendidos.




Me procuro aceite y bálsamo 


en la contemplación, antes de que la oscuridad 


sea el eslabón de la inconsciencia 


o la negación de un sueño desprendido 


de las alas, que me permitieron 


imaginarte a mi lado, en ese espacio,


donde cobra sentido todo aquello


que podamos desear, hasta descender 


del trono de la gloria, para experimentar 


que somos mezquinamente humanos.




Escrito en Marzo 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.


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