El cielo se derrite en aguaceros,
por una tristeza desvalida,
que añora un nuevo sol en su salida,
con unos sentimientos muy sinceros .
Los fríos invernales, son tan fieros,
que el cielo ha presentido, que en su vida,
por falta de calor, abre una herida,
que extiende su dolor por los senderos.
La lluvia es un dolor, que pertinente,
derrama sobre el suelo su pesar
y espera un nuevo sol, amaneciendo.
El paso hacia la luz, ya se presiente,
las penas desembocan en el mar,
porque la Primavera está naciendo.
Escrito en Marzo 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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