Una tarde de lluvia

       El viernes pasado, 29 de octubre, a las siete de la tarde, en la Biblioteca Eugenio Trías, se presentó la “Antología Anual EnR 2020” y se hicieron lectura, a modo de homenaje, de algunos poemas de nuestro socio y amigo, recientemente fallecido, Valeriano Franco Alegre. La tarde, es verdad, estaba para quedarse en casa, sentado a la mesa camilla, con brasero, un libro y una copa de licor; tal la tromba de agua y el frío que cayó sobre la capital de España. 

       Pudo ser por eso por lo que la mayoría de los socios de EnR que viven en Madrid decidieran no acudir al evento; primero y esperemos que no el último después del todo este maldito lío del virus. Y no solo no acudir, si no también ni informar telefónicamente de las intenciones de cada cual, y ni contestar con un sencillo gracias por la información al correo electrónico que todos hemos recibido. 

       Siempre hay excepciones, no se me vaya a cabrear alguno.


       Ocurrió con esto que una vez terminado el acto, por cierto muy emotivo y con un aplauso final unánime que se fue a más de un minuto; ocurrió, digo, que las antologías que se iban a repartir entre los socios y que se esperaba no sobrara ninguna, seguían en las mesas preparadas a tal efecto. La sorpresa de la aparición de los libros por arte de magia, en grupos de tres para cada socio, había desaparecido; porque ya se sabe, los libros van solos a los actos.

       Como veis en la foto el local está casi lleno de familiares de Valeriano. Si no me fallan las cuentas, de EnR, acudimos nueve socios. 

       Era una tarde de lluvia, de frío, y de tristeza, de una profunda tristeza.



Toda la responsabilidad de este texto es de Santiago Solano

2 comentarios:

  1. Siento no haber podido asistir, y más cuando se celebro un homenaje a un gran amigo. Acabo de salir de una larga recuperación y, tal como hacía, no me quería arriesgas. Lo siento mucho.

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  2. Perdóname, Santiago.
    No fuí y no avisé. Siento muchísimo el disgusto que te llevaste con toda la razón.

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