La palabra nace en el crisol del pensamiento.


Entre dientes, va escapando 

el aire, mientras anuncio 

la palabra que pronuncio,

cuando la estoy declarando

en la sensación intacta 

de ver, cómo se da forma 

a la idea, que conforma

una expresión más exacta.


Con léxico coherente 

en la nueva creación,

se consigue en su expresión,

otro ritmo diferente,

otra voz, otra manera 

de ver, que la realidad,

también lleva en su verdad

una imagen pasajera,

que se forja y se contempla,

al variar, en su intención,

lo que sienta el corazón,

porque en la razón, se templa.


Como una estrella, que al sol

muestra su luz y se nombra

y se proyecta en su sombra

el fuego de su crisol.


Así, la palabra viva,

nace y franquea el abismo,

que comienza en uno mismo,

cuando se siente y motiva.


El secreto de su acción,

origina la palabra,

porque en la idea, se labra 

el fruto de una emoción.


Escrito en Agosto 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

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