De aquella extraña manera,
yo te empecé a conocer,
recuerdo un atardecer
y toda una noche entera.
Fue en fiesta de carnavales
y escapando del bullicio,
más tarde perdía el juicio,
saliendo a los arrabales.
Tus ojos, como centellas
brillaron en tu mirada,
la noche estuvo sembrada
de promesas y de estrellas.
Prometí, por siempre amarte
y dedicarte mi vida,
llevarte hasta mi guarida,
para poder contemplarte.
Darte la felicidad,
con la que siempre he soñado
Y volar hasta tu lado,
con una gran libertad.
Sentir que no soy pequeño,
que soy muy grande a tu lado,
lo sé, porque has contemplado,
el interior de mi sueño.
Y en él, tu imagen refleja
mis anhelos y esperanza,
pues la vida sigue en danza,
entre el rumor de mi queja.
Si te empiezo a conocer,
también te comienzo a amar,
mi vida te quiero dar,
como aquel atardecer.
Escrito en Julio 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz “.
No hay comentarios:
Publicar un comentario