Arrecia el viento, y ocurre
que los párpados se cierran,
bajo su corteza entierran,
un secreto que discurre.
Río de lava, que intenta
salir a la luz del sol,
incandescente arrebol,
que en las furias se sustenta.
Ímpetu que se presenta,
como un corazón furtivo,
corazón terrestre y vivo,
nacido de su placenta.
Tierra viva, madre entera,
cobijo entre los enseres,
que guardan todos sus seres,
bajo su redonda esfera.
Madre gloriosa y bendita,
que de su maternidad,
sustenta a la humanidad
y da cuanto necesita.
Quien ama a la Tierra, sabe
que debe perseverar
en su conciencia, al amar
con más ahínco, si cabe.
Pues la Tierra es nuestro hogar,
nuestra madre protectora,
si no se la cuida ahora,
lo vamos a lamentar.
En el humano existir,
debemos tener consciencia,
desarrollando una ciencia,
que nos permita vivir…
En paz y con la armonía
de mantener el planeta
como fin de nuestra meta
y deber de cada día.
Escrito en Marzo 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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