Este maldito coronavirus

ESTE MALDITO CORONAVIRUS
nos ha cambiado la vida.

Las horas son eternas
en una soledad asfixiante,
llenas de minutos atemorizados
por unos relojes rabiosos

que dibujan versos amarillos
sobre un fondo rojo, cubierto de cenizas,
recuerdos luminosos de una vida
que se aleja.

Un confinamiento de esperanzas rotas,
ilusiones asomadas,
cada mañana, a la ventana
del porvenir, tratando de contemplar
el paisaje del ayer.

Quieren salir al encuentro
de los sueños compartidos,
necesitan sentir el calor 
de otras manos amigas
y cobijarse en su cariño sincero.

Necesitan su abrazo,
su incondicional apoyo
para seguir adelante.

Poder descansar juntos
y brindar, al caer la tarde,
por los sueños conseguidos.