Foto en Tres dimensiones.





Fotos en tres dimensiones 

Aquella pared desnuda merecía una decoración con fotos. Dibujé un signo de interrogación y sobre él ordené las secuencias de mi vida. Asomarse a esas ventanas de papel suponía una caída vertiginosa en el pasado, una zambullida en un pozo de aguas corrompidas. Una sonrisa involuntaria aparecía en algunas imágenes. Como en la del hospicio. O esta, en el bosque, con el chico que decía amarme aunque después él no quiso oír un no. En la siguiente, por primera vez, respiraba felicidad con mi bebé en brazo, pero me lo arrebataron al ser menor de edad. Seguí poniendo una foto tras otra: el cuchitril del trabajo, la boda, y los primeros moratones. El punto del interrogante era para la última instantánea: un primer plano con el rostro desplomado en el que no sonreía. Maté a Niko; ese día le esperaba, convencida de que la orden de alejamiento no iba a pararlo. No hubo respuestas a la pregunta, solo un sonido contundente de la silla al caer y el siseo de una cuerda al anudarse en un crujido final. 



                                                                  Lana Pradera