A Rafael Alberti
El agua llega, huye,
regala flores de sal,
parpadeos de algodón.
despeina algas.
El agua salpica lonas,
moja el mástil,
sumerge a la brisa.
Quiere la luz de tu piel
buscándote como una gaviota.
Te abraza en cubierta.
Flamea un suspiro.